lunes, 2 de marzo de 2009

Eternamente ella

Cada vez que veo a una mujer con tu mismo aspecto físico pienso si por alguna casualidad (aunque no crea en ellas, sino en las cAUsalidades) por fin me haya encontrado con vos.
En tu escritorio me viste pasar por todos mis estados de ánimo: con vos lloré, reí, grité, fui sarcástica, me quede callada, fui completamente Soledad.
Me recibías cada día con una sonrisa. Empezaste vos, siempre lo hacías. El primer día me preguntaste cómo estaba y simplemente te respondí 'bien ...'. Me dijiste que no sonaba muy convincente y entonces te expliqué que sino no estaría pidiendo tu ayuda.
Era así. Siempre dije (y digo) que estaba todo bien cuando estaba todo mal y pocas personas sabían de cifrar cómo estaba realmente detrás de la mentira diaria. Increíblemente y en tan poco tiempo, entre ellas estabas vos.
Terminó algún miércoles de diciembre, con una de nuestras charlas de media hora y de recuerdo me llevé el último pañuelo de papel que tenías para ofrecerme aquella vez, para poder secar mis lágrimas en el camino.
Ya no te veo más.
Adiós a vos, adiós a Ella.

No hay comentarios: